sábado, 19 de noviembre de 2016

REFLEXIONO

Mi cuerpo es una máquina perfecta, con la que conozco y me muevo por el
mundo. Trabaja de día y de noche sin parar. Yo lo puedo cuidar, tan solo me
debo bañar, mis dientes lavar, mi estómago llenar, mis músculos ejercitar y
por los noches ponerlo a descansar.

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